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Llegamos hasta la puerta de la final de la Copa de la Liga, a punto estamos de abrirla y que pase lo que pase. Esta tardecita el fútbol argentino tendrá un nuevo campeón, entre las dos instituciones que pelean la primacía en la tabla de títulos después de los cinco grandes tradicionales.
Uno de los contrastes que evidencian Estudiantes y Vélez se vio en la presentación formal del partido, cuando se sentaron los capitanes ante la prensa.
De un lado apareció José Sosa, capitán del Pincha, próximo a cumplir 39 años y que llega a esta instancia después de haber dado la vuelta al mundo detrás de la pelota, con casi 700 partidos en Primera: jugó en la Bundesliga, en España, Italia, Turquía, además de la Selección Argentina, con la que ganó el oro olímpico en Pekín.
Del otro, casi con carita de Primera Comunión, se ubicó Valentín Gómez, de 20 años (cuando nació, Sosa ya había debutado en Primera) y prominente producto de la fábrica de juveniles del Fortín, con poco más de una treintena de partidos en la división superior.
En ellos se simboliza un dato estadístico, que puede morir en eso o tener su incidencia en el duelo que veremos esta tarde. Estudiantes es el equipo de más alto promedio de edad del torneo (30 años), y Vélez, el de la media más baja (24).
Ambos tienen sus hombres para tratar de equilibrar sus propias fuerzas, pero una de las cosas por ver es si la experiencia del Pincha consigue que el partido se juegue al ritmo del Principito Sosa y Enzo Pérez (otro de 38) o el Fortín impone la dinámica y las energías juveniles de Thiago Fernández (20) y Christian Ordóñez (19), por citar a dos de los que te corren hasta el vestuario y no bajan el ritmo hasta el último segundo.
Ese será un factor, de los muchos que pueden ayudar a inclinar la balanza hacia el nuevo campeón de la Copa de Liga.
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